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Un mensaje para el futuro
En los casi 70 años desde que los humanos han logrado dividir el átomo, hemos acumulado entre 250.000 y 300.000 toneladas de residuos nucleares de alto nivel que permanecerán radiactivos durante al menos 100.000 años. El diseño de un repositorio estable y seguro para estos desechos es solo la mitad del desafío: la otra mitad consiste en diseñar un signo de «se prohíbe la entrada» que sea inteligible en un período varias veces más largo que la duración de cualquier civilización que conozcamos.
Este es un encargo de diseño para las eras que vienen. Cada año, toneladas de material radiactivo letal se añaden a las instalaciones de almacenamiento de residuos nucleares del mundo, en su mayoría ubicadas a nivel del mar. Los desechos se guardan en tanques de agua enfriada que protegen el medio ambiente de la radiación mortal, pero es evidente que esto no es una solución a largo plazo, como cualquier residente de Fukushima podría atestiguar. Estas instalaciones son vulnerables a muchos tipos de amenazas, tales como terremotos, incendios, cortes de energía y actos terroristas.